La Legionella es una bacteria silenciosa pero potencialmente mortal que puede desarrollarse en instalaciones comunes si no se aplican medidas de control adecuadas. No basta con conocer su existencia: es imprescindible saber dónde se esconde, por qué lo hace y cómo evitarlo. Torres de refrigeración, spas, fuentes ornamentales o simples sistemas de agua caliente pueden convertirse en auténticos caldos de cultivo si se dan las condiciones adecuadas.
En España, los casos de legionelosis han aumentado de forma preocupante en los últimos años. Solo en 2023 se notificaron 2.294 casos y 190 fallecimientos, lo que supone una letalidad del 8,4 %. Estos datos no solo alertan del problema, sino que subrayan la urgencia de una vigilancia técnica continua, especialmente en los edificios e instalaciones catalogadas como de riesgo en la normativa vigente.
En este artículo analizamos las principales zonas de riesgo, las condiciones que favorecen la proliferación de la bacteria y cómo una buena identificación de los puntos críticos es el primer paso para proteger la salud pública y evitar responsabilidades legales.
INDICE DE CONTENIDOS
¿Por qué es clave identificar los puntos críticos?
Detectar a tiempo los entornos donde puede desarrollarse la Legionella es esencial para prevenir brotes de legionelosis, una infección pulmonar grave que puede derivar en neumonía atípica e incluso causar la muerte, especialmente en personas mayores, inmunodeprimidas o con enfermedades respiratorias previas.
La proliferación de la bacteria se produce, principalmente, en instalaciones que contienen agua a temperaturas templadas, mal mantenidas y con posibilidad de generar aerosoles. Cuando estas microgotas contaminadas se dispersan por el aire y son inhaladas, pueden desencadenar la enfermedad. El riesgo no está en beber el agua, sino en respirar el aire contaminado por ella.
La identificación de estos puntos no solo tiene un valor preventivo. También es una obligación legal, especialmente para titulares y gestores de instalaciones afectadas por el Real Decreto 487/2022, que regula los requisitos sanitarios para la prevención y el control de la Legionella. Además, la reciente actualización del marco normativo con el RD 614/2024 amplía responsabilidades y refuerza los requisitos técnicos.
En definitiva, conocer los puntos críticos no es una opción: es una responsabilidad sanitaria y legal que puede marcar la diferencia entre una instalación segura y una crisis de salud pública.
Además, si aún no has revisado las bases sobre la prevención de la Legionella, te recomendamos este artículo complementario donde explicamos cómo actúa la bacteria, sus formas de transmisión y qué hacer para evitarla en instalaciones y viviendas. → Enlace aquí
Cómo y dónde prolifera la Legionella
La Legionella pneumophila necesita unas condiciones muy concretas para desarrollarse, pero cuando se dan, su crecimiento puede ser exponencial. Comprender estos factores y anticiparse, permite controlar el riesgo. La bacteria no aparece de forma espontánea: prolifera cuando el entorno le ofrece calor, nutrientes, estancamiento y refugio físico.
🔥 Temperatura propicia
Éste es el principal factor de crecimiento, la temperatura del agua. La Legionella permanece latente por debajo de 20 °C y muere progresivamente por encima de 60 °C, pero entre los 35 °C y 37 °C encuentra su rango óptimo de multiplicación. Este umbral coincide con la temperatura de muchas instalaciones habituales como spas, torres de refrigeración o circuitos de agua caliente sanitaria, lo que las convierte en puntos de alto riesgo si no se controlan adecuadamente.
💧 Estancamiento del agua
Cualquier punto del sistema donde el agua no circule con regularidad favorece la proliferación. Ramales muertos, depósitos sin renovación, baja velocidad de recirculación o equipos fuera de uso durante semanas son ejemplos clásicos. El agua estancada pierde desinfectante, acumula materia orgánica y permite que la bacteria se multiplique sin obstáculos.
🦠 Formación de biofilm
El biofilm o biopelícula es una capa viscosa de microorganismos que se adhiere a las superficies internas de las tuberías, depósitos y equipos. Esta biopelícula actúa como una barrera protectora para la Legionella, dificultando la acción de los biocidas y permitiendo su supervivencia en condiciones adversas. Se forma más fácilmente en zonas rugosas, con incrustaciones calcáreas, corrosión o restos de materia orgánica.
⚗️ Nutrientes y desequilibrios fisicoquímicos
La presencia de sedimentos, lodos, hierro, cobre, materia orgánica o corrosión interior de las tuberías ofrece nutrientes suficientes para alimentar a la bacteria. Además, valores de pH fuera del rango óptimo (7,2–7,8) o una turbidez elevada disminuyen la eficacia de los desinfectantes. La conductividad también puede indicar acumulación de sales y favorecer la formación de incrustaciones y biofilm.
Instalaciones de alto riesgo: análisis por tipo
Las instalaciones más susceptibles a la proliferación de Legionella comparten tres características: temperatura templada, acumulación de agua y generación de aerosoles. A continuación, se detallan las más relevantes según la evidencia científica y normativa vigente:
Torres de refrigeración y condensadores evaporativos
Estas estructuras, frecuentes en edificios grandes y procesos industriales, recirculan agua a temperaturas óptimas para la bacteria (28–32 °C). Además, los ventiladores generan aerosoles que pueden dispersarse hasta varios kilómetros.
Entre sus principales riesgos están:
-
Circuito abierto con exposición a contaminación ambiental
-
Formación de biofilm en el relleno
-
Alta acumulación de sales y materia orgánica
Según estudios recientes, casi 1 de cada 4 torres analizadas en España presenta presencia de Legionella. Por ello, el RD 487/2022 exige muestreo mensual obligatorio y protocolos estrictos de mantenimiento.
Spas, jacuzzis y piscinas climatizadas
Estos sistemas de agua agitada y recirculación, como los spas urbanos o piscinas de hidromasaje, favorecen la bacteria por:
-
Temperatura entre 30 °C y 40 °C
-
Inyección constante de aire → generación continua de aerosoles
-
Renovación de agua variable y, a menudo, insuficiente
Se han documentado brotes en balnearios y hoteles donde el agua caliente sanitaria y los chorros a presión eran el foco de contaminación.
Fuentes ornamentales y cascadas decorativas
Aunque no siempre se consideran de riesgo, las fuentes decorativas con pulverización o caída de agua pueden ser focos si:
-
El agua no se desinfecta continuamente
-
Se acumulan sedimentos y algas
-
El sistema está parado durante temporadas
Su aspecto inocente no debe ocultar que la temperatura ambiente, especialmente en verano, puede situarse entre 20 °C y 35 °C.
Sistemas de riego y nebulización
Sistemas en terrazas, jardines o establecimientos de hostelería que utilizan agua pulverizada para refrescar el ambiente. El riesgo aumenta cuando:
-
No se realiza desinfección previa al verano
-
Se usan aguas no tratadas o de origen no potable
-
Se reutiliza el agua tras largas paradas
El RD 487/2022 exige que estos sistemas solo usen agua de red sanitaria y sigan protocolos de limpieza periódica.
Circuitos de agua caliente sanitaria (ACS)
Uno de los focos más habituales y persistentes. Los riesgos provienen de:
-
Depósitos con estratificación térmica (zonas por debajo de 60 °C)
-
Ramales con escasa circulación o temperatura inadecuada
-
Retornos con temperatura inferior a 50 °C
Es fundamental garantizar la temperatura mínima en acumuladores y red de distribución, así como evitar zonas de estancamiento.
Otras instalaciones menos evidentes
Algunas instalaciones que suelen pasarse por alto pero también suponen riesgo:
-
Humidificadores industriales en centros de datos o entornos laborales
-
Sistemas contra incendios inactivos por largos periodos
-
Lavaderos de coches con agua reciclada o en circuito cerrado
-
Instalaciones de agua fría sanitaria, si alcanzan más de 25 °C por falta de aislamiento térmico
La clave está en evaluar el riesgo real de cada instalación según su diseño, uso y mantenimiento.
Casos reales: brotes recientes y patrones comunes
Los datos epidemiológicos más recientes confirman que la Legionella sigue representando un problema de salud pública significativo. En 2023, España registró 2.294 casos de legionelosis, la cifra más alta en la historia reciente, con una tasa de letalidad del 8,4 %. Esto posiciona a nuestro país como el tercero con mayor incidencia en Europa, por detrás de Eslovenia e Italia.
📍 Distribución de casos en España
-
Madrid: aumento del 8 % respecto al año anterior.
-
Aragón: 86 casos registrados en 2024, con una letalidad del 3,5 %.
-
Mayor incidencia en hombres (edad mediana: 65 años) que en mujeres (edad mediana: 69 años).
Estos datos reflejan un patrón estable: la legionelosis afecta con mayor frecuencia a personas mayores, varones y/o con factores de riesgo asociados, como tabaquismo, enfermedades respiratorias o inmunosupresión.
🌍 Brotes conocidos en Europa y el mundo
Un análisis de brotes documentados en 2023 recoge 49 brotes con un total de 462 casos. De ellos:
-
24 ocurrieron en Estados Unidos
-
7 en España
-
Otros países implicados: Francia, Italia, Portugal, Polonia…
El brote más grave se produjo en Rzeszow (Polonia) con 165 casos y 25 fallecimientos (letalidad del 15,5 %).
🧭 ¿Qué patrones se repiten?
Los brotes están mayoritariamente relacionados con instalaciones mal mantenidas o con deficiencias de diseño. Los escenarios más comunes fueron:
-
Sistemas de agua sanitaria en hoteles y residencias
-
Torres de refrigeración en centros comerciales
-
Instalaciones de agua climatizada en centros de ocio
-
Fuentes ornamentales en plazas y parques
La evidencia demuestra que los brotes más graves podrían haberse evitado con protocolos básicos de mantenimiento y control. El problema no suele estar en el diseño inicial, sino en el abandono posterior.